¿FELICES? ¿FIESTAS?

par : Redaccion.

LAS INTRANSCENDENCIAS DE RUBEN SANCHEZ

¿FELICES? ¿FIESTAS? Hace un par de días volví por donde solía, es decir, por la sede donde dediqué varios años a uno de los pocos / muchos trabajos que he tenido, supervisando producciones y mercados. De nuevo el amable lector se preguntará: ¿de qué habla este? No, no, ahora llego. El caso es que no conseguí lo que quería en ese momento, específicamente un décimo de lotería de Navidad de esos “del trabajo”, que en las organizaciones de cierto tamaño se convierten en una entelequia dado que los números proliferan como setas en otoño (no por donde yo vivo, todo sea dicho, por aquí sólo proliferan los cardos y los quads) y por tanto si toca es probable que no te toque a ti, sino al de al lado que compró el número que jugaba Personal porque se lo guardó su amiga Potota. A cambio conseguí un rato de conversación surrealista, como siempre, con Pascual, uno de los ordenanzas. Pascual es un tipo curioso. Soltero, solitario. Tiene un trabajo como ordenanza de tarde. Le gusta pasear e ir al campo, especialmente en su pueblo de Ávila, o Salamanca, o por ahí. Le gusta el morapio. Y no le gusta especialmente relacionarse con el agua, especialmente si va mezclada con jabón. Sabe algo de inglés, y bastante francés. Y se defiende en ruso, lo aprende de manera autodidacta en un viejo método bilingüe francés – ruso. Tiene temporadas, a veces parece estar en un mejor estado general, a veces se descuida especialmente y su presencia se hace casi física a distancia. ¿Cómo te va? Bueno, como siempre, ya sabes, pocos cambios por aquí. Esperando que pase esto de las Navidades. Ya sabes, estas fiestas, para los que no tienen familia… quiero decir, que han perdido mucho, ¿no? Con lo de comprar y consumir y eso, quiero decir, ya sabes, no es lo mismo. ¿No es lo mismo que antes, quieres decir? Sí, sí, tío, no sé… No sé. Ya, ya. Es cierto, Pascu. Avísame si hay copa de Navidad. Claro, tío, te enterarás por mí o por otro, no hay problema. Navidad, Navidad. Si yo fuera un extraterrestre y estuviese por aterrizar, esto es lo que pasaría.

- Nave de avanzada 123 clase Constellation, Capitán Spot informando. Establecido contacto visual con planeta 3 del sistema 235 Galaxia 3 prima. Listo para descenso y exploración directa en el área peninsular comprendida entre las masas de agua denominadas Mediterráneo y Atlántico. Camuflaje personal preparado para mejor observación de la población indígena.

- Roger, Capitán. Recuerde que esta época los indígenas se comportan de manera más extraña si cabe debido al solsticio de invierno, aunque lo disfrazan bajo varias formas de celebración, la más extendida la llaman Navidad.

- OK. Estoy fuera. Alea Jacta Est.

- ¿Eh?

- Nada, nada. Creo que leo demasiado sobre este planeta.

- Ah.

- Es ciertamente curioso su comportamiento. Se puede decir que toda la población se encuentra inmersa, lo quiera o no, en el ritual mencionado. Paso a modo descripción: veo veo, veo mucha gente todos juntos en el mismo sitio. Buscan lo mismo, hacen lo mismo. A veces se pelean por conseguir lo mismo. Siento una urgencia… por ser…¿felices? No computa, pero bueno, adaptándonos a la idiosincrasia local, lo incorporaremos al procedimiento sin preguntar, total qué más da. Por ser felices. Sin embargo no es felicidad el concepto que mejor encaja con las sensaciones que capto. Es más descriptivo: “satisfacción”. Incluso: “hastío”.

- Capitán, comienza a desbarrar. Debe de ser el exceso de contaminación.

- Lo sé, lo sé. El olor a fritanga influye también. Termino: destaca sobre todo lo demás una sensación de vacío y desorientación, no en las cantidades habituales sino en potencias casi astronómicas. Parece que se concentran al final del año, como el amargo de los pepinos.

- Se acabó el tiempo, hora de volver.

- De acuerdo. Aquí Spot, cortando conexión. Feliz Na-

- Que sí, que sí. No es mi intención visitar un lugar común, tan concurrido él, tan sólo indicar un fenómeno que cada año se acentúa. Está claro que esta época se ha convertido en unas vacaciones más, pero no unas vacaciones cualquiera, nonono, sino unas vacaciones en las que nos damos el gustazo de inflarnos a comer, a beber, a gastar y a empacharnos de tópicos bidimensionales que, desde un punto de vista pragmático, nos sirven de excusa pero que fantásticamente bien. Bueno, os dejo, que me tengo que comer un ñu entre dos panes para ir entrenando. Y Feliz Navidad de mi parte y de la de Pascual.

MOVIDAS

¿FELICES? ¿FIESTAS?

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