par : Redaccion.
LAS INTRASCENDENCIAS DE RUBEN SANCHEZ
Expatriados pero sobradamente preparados. Hace dos días llegó desde Boston una persona muy cercana a mí, tras terminar su Master por la Boston University School of Public Health. Va a quedarse lo justo para renovar su visado y así poder volverse a currar en Estados Unidos, en un organismo internacional. Un buen trabajo para una persona muy pero que muy preparada: dos carreras universitarias finalizadas y tres – sí, tres – Masters, y lo que tiene más mérito, las carreras las cursó en la universidad pública y los Masters no le han costado un euro, porque siempre ha conseguido financiación externa (en Aluche no proliferan los Masters pagados por Popó y Momó) Máximo nivel de inglés incluso antes de embarcarse para allá. En fin, un curriculum envidiable. Y, ¿sabéis qué? Hoy por hoy, no se plantea buscar trabajo en España, porque no tiene sentido hacerlo. No encontraría, con toda probabilidad, nada en condiciones comparables con los EEUU, el Reino Unido o cualquier país civilizado. Y, seamos serios… ¿para qué conducir un Ferrari si al final no puedes pasar de 120? Pues eso. Que al final lo que parece es que esta persona se ha metido en una especie de trampa curricular que le obliga a volar bajo si quiere vivir en su país… qué vida esta. Por supuesto, no es el único españolito ni mucho menos que se encuentra en esa situación. De hecho, cada vez hay más que optan por convertirse, en muchos casos contra su tendencia natural, en ciudadanos del mundo, expatriados. Gente muy preparada, que ha hecho lo que debía hacer, y ha llegado donde debía llegar… fuera de España. …Lancashire,Reino Unido, otoño de 1999. - Rubén, ha pasado algo y tienes que acercarte urgentemente a Mulchestar Abattoir a hacer de OVS el día de hoy y, posiblemente, toda la semana.- Joder, Loren. Me pillas en medio de una discusión con el gilipollas de Chudwick. ¿Le ha pasado algo a Omitida?- Ya te contaré. Tú vete por allí y pon algo de orden, que están solos y pueden hacer cualquier estupidez.- Pero bueno, ¿no hay 14 Meat Inspectors? ¿Qué hacen, se los atusan a dos manos o qué?- Afirmativo, ¿qué quieres que te diga? Anda, no pierdas más tiempo y vete para allá. - [en voz baja] Loren, te digo que me las estoy teniendo tiesas con Chudwick, se empeña en limpiar a manguerazos mientras no ha terminado con la matanza, y está salpicando el agua por todas partes.- Déjalo ahora mismo, que le den a Chudwick. Mira, estoy pensando que me voy a acercar yo a sustituirte allí.- [Dolor causado por haberme mordido profundamente la lengua mientras pienso: “qué cachondo, ¿y por qué no te vas tú a Mulchestar?”] Fueno, diá me foy.- ¿Qué has dicho? Te entiendo fatal.- Nzada, que me mordío a dengua.- Bueno, cuídate…- And you, and you. Una vez en Mulchestar Abattoir… - Buenas tardes, me llamo Rubén Romerales y soy el OVS que sustituye a Omitida.- ¿Robin? Creía que eras español.- Eeh…soy español. ¿Eso es un problema?- Um. No, señor. Supongo que no. ¿Por dónde quiere empezar?- Bueno, echemos un vistazo a la cadena, a ver qué tal funciona.- ¿Funcionar? Es una basura. - ¿Ah, sí? Ejem. Bueno, veámoslo de todas formas.- Como quiera. Vd. es el jefe aquí.- Así es. [y no lo olvides, cortacarne reciclado, frustrado xenófobo, mamón] Días después, en una fiesta privada… - Halloooo, Rooben!! How you doin’, huh? Are you happy?- Hiya, Jenson. Not bad. And you?- Not bad? How come?- All right, I’m really OK.- That’s better, Rooben. Enjoy.- [Lo que tú digas.] Hola, Loren. ¿Qué tal?- Hombree, Rubén, cómo vas, chavlote [sic].- Pues más o menos bien. Tengo un ligero problemilla con seguir en Mulchestar después de un mes.- Bueee… de eso quería hablarte. Verás, los jefes quieren que te quedes allí de manera permanente.- Pe-pero, ¿qué me dices? [con lágrimas en los ojos] No puede ser. Ese sitio es el infierno. ¿Por qué me hacen esto?- Pues, en realidad, porque lo haces bien.- ¡Aaargh! ¡Lo sabía, sabía que dirías una estupidez parecida! O sea, que lo que tengo que hacer es pifiarla bien pifiada, tocarme el cimbel como hacen otros!- Básicamente te ha tocado; a mí también me ha pasado otras veces, así son las cosas. - ¡Mieeerda! ¿Por qué leches siempre son así para mí?- Bah, tómate una birra y se te pasa.- Vale. Varias birras después… - Y el caso es que, como has podido comprobar en tus propias carnes, nuestro trabajo es duro, pero tiene sus compensaciones. Por ejemplo, nuestra profesión está mil veces mejor considerada socialmente que en España. Aquí no somos el último escalón de la cadena sanitaria, en realidad estamos hasta mejor vistos que los médicos.- No.- Sí, sí. Pero en cualquier caso, no te engañes. Los que nos quedamos lo hacemos por una sola razón, y no es el tiempo que hace aquí. Nos quedamos por la pasta. Nunca podrás ganar en España lo que se gana aquí por este trabajo. Bueno, me han dicho que en otros países como Francia es parecido. Supongo que en Estados Unidos, en fin… en cualquier país normal.- Vaya… qué cosas. ¿Me crees si te digo que lo sospechaba?- Te creo. Fernando Díaz – Plaja escribió El español y los siete pecados capitales, obra que continúa estando de plena actualidad aunque se olvide del octavo pecado capital, aquel que resume la esencia de todos los demás: la Mediocridad. La mediocridad es la cualidad que caracteriza a los mediocres. Y los mediocres son aquellos que no pueden, no saben y, sobre todo, no quieren dejar de ser mediocres y, lo que es peor, no quieren que los demás dejen de serlo. Este rasgo de nuestro carácter me hace reflexionar y mi asombro es continuo al constatar que, a pesar del paso del tiempo, no parece tomar una tendencia definitivamente decreciente, peor aun, a veces parece que no somos conscientes en absoluto de la existencia del rasgo en cuestión. ¿Y a Vd.? ¿No piensa que hay algo de cierto y correcto en señalar esa mediocridad, que a veces pareciera que perfunde hasta las últimas capas de nuestro ser? ¿No? Pues se equivoca Vd.,…y le advierto que acabo de autocensurar la última palabra del artículo.
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